Como en todas las series, los protagonistas son tres amigos, aunque la rubia es más importante que los demás (como en todas las series). La rubia, quien da nombre a la serie, no podría ser otra que nuestra amada Hilary Duff, que, al igual que Hannah Montana intenta llamar la atención con chorradas múltiples. Pero en esta variante la muchacha no se disfraza de otra persona, sino que tiene un dibujo animado que juega el papel de conciencia y que en realidad lo único que hace es prolongar la duración de los capítulos, pues si no se quedarían en ná. Los otros dos amigos son Miranda y Gordo (no sé por qué lo llaman así; al final van a acomplejar al pobre chaval, aunque de gordo no tiene nada), cada uno con sus paranoias personales. Al Gordo este, por ejemplo, le encantan las cámaras de vídeo. A Lizzie y Miranda les gusta un muchacho que no tiene cerebro, llamado Ethan, y que, además, tampoco es guapo. También aparecen otros personajes, como los padres y el hermano de Lizzie, que, al igual que el dibujo animado, sólo actúan de relleno. Además, todos tienen un gusto pésimo para la moda.
En esta serie me es imposible llegar a una conclusión final, así que sacadla vosotros mismos.
Sin nada más que añadir, se despide la creadora de este interesante artículo.
ANA
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